Baños. Ríos y personas para no olvidar. Ibaiak eta
lagunak ez ahazteko.
Después de una semana
de relax turístico admirando la maravillosa ciudad colonial de Cuenca,
visitando las ruinas incas de Ingapirca, no tan espectaculares como las
peruanas pero muy interesantes, y descender a la Nariz del Diablo en un tren
cremallera turístico en el pueblo de Alausí, despedimos a Igor y retornamos a
la termal ciudad de Baños.
Baños de Agua Santa
esta situada en las faldas del volcán Tungurahua y gracias a su clima, no
excesivamente caluroso ni frío en estas fechas, sus paisajes y sus aguas
termales, de ahí su nombre, hacen que sea una zona muy turística de Ecuador,
incluso para los propios ecuatorianosn que vienen desde Lima a disfrutar de las
bondades de los baños sulfurosos.
El volcán nos recibe
enfadado, expulsando nubes de humo y cenizas, semejante a la seta de una bomba
atómica, y haciendo temblar la tierra con estruendosos estornudos que nos ponen
alerta ante tan majestuoso espectáculo. La situación es de lo más inquietante.
¿Qué hacer? ¿Salir corriendo o quedarte parado absorto por tan inusual expresión
de rabia?
Nube de humo y cenizas
del Tungurahua desde Baños
En ese momento de
duda y tensión fueron los propios baneños quienes nos tranquilizaron y nos
aconsejaron sobre las medidas que debíamos tomar para evitar la ceniza que
llegaría por la mañana, cuando se posase toda la nube. Pero tuvimos suerte y el
viento norte reinante esos días se llevó la nube hacia Cuenca, que sufrieron
sus consecuencias con, incluso, el cierre de su aeropuerto. Esker aunitz!
¡Gracias!
En Baños se encuentra
el río más comercial y grande de la zona, el Pastaza, pero no lo bajamos porque
todos nuestros amigos ecuatorianos nos aconsejaron no remarlo por lo
contaminado que está. ¡Pero no nos íbamos a quedar sin remar! Así que decidimos
remar el río que más famoso de la zona y del que ya teníamos magníficas
referencias, el Topo. Según la guía un clase IV-V y de 6 a 8 horas de descenso.
Debido a las medias
que habíamos sacado en el resto de los ríos descendidos y la cantidad de agua
que llevaba el río, mucho más que cuando hicieron la guía y algo que nos ha
pasado en todos los ríos que hemos remado, supusimos que, a lo sumo, serían 4 ó
5 horas de descenso. Primer error. Si se decide bajarlo sin la ayuda de un guía
local, habrá que contar con que estaréis más de 7 horas parando,
inspeccionando, asegurando y remando rápidos consecutivos o separados 100 metros como mucho.
El día era magnífico
y encontramos fácil el embarque con la ayuda de un taxista local que, parece
ser, había trabajado en una mina de los alrededores. Pero ya era tarde, 1 del
mediodía, para la tamaña empresa que nos esperaba. Segundo error.
Nada más meternos en
el agua y sin habernos quitado la caraja, comienzan las hostilidades. Curva a
la derecha a vista, obras de la presa que va a destrozar este increíble río y
curva a izquierdas ciega. Primera parada a revisar un rápido. Lo sorteamos los
tres sin problemas, pero nos muestra lo que va a ser todo el río.
A partir de ahí los
tramos que conseguimos hacer a vista son mínimos y casi todos los pasos, que se
amontonan unos encima de otros, nos obligan a bajarnos y a mirarlos, ya sea uno
que marque la línea ya seamos los tres por la dificultad del paso.
Dani en uno de los
primeros pasos del Topo
Tras encadenar varios
pasos de no menos de clase IV+ de dificultad y justo debajo de unos de estos,
llegamos a un desplome lleno de enormes piedras movidas que, a nuestro
entender, es un paso de clase V+ - VI. Porteamos por la izquierda y nos
montamos para hacer 100
metros que nos llevan a otro vertiginoso desplome. El
paso no es menos de clase V, largo y lleno “trampas”, lo que hace que decidamos
portear de nuevo, esta vez por la derecha. Aquí llevábamos 2 horas de río.
Finalizando el porteo
aparecen por el río unos piragüistas que, por su velocidad, más podríamos decir
que iban en lanchas motoras. Son los yankis, que ya hemos visto en nuestros
anteriores destinos y también en Baños, que no hablan mucho. Pero entre ellos
también se encontraba Lucho Granizo, un piragüista local, de Río Negro, y que
se acerca a platicar con nosotros. Aquí nos advierte de que apenas hemos
llegado al primer cuarto de río y que este tramo lo hacen ellos en… media
hora!!!
El nerviosismo
aumenta entre nosotros a pesar de que Lucho nos ha advertido que a mitad de
camino existe una posible salida en las obras de la central, aunque la caminata
es larga. También nos ofrece seguirles, pero tememos que el ritmo tan alto que
llevan y que seguimos en el siguiente rápido nos meta en un lío más gordo. Así
que agradecemos y decidimos ir a nuestro paso. Pero tras este paso a rueda,
debemos pararnos a mirar el siguiente, que también se las trae.
Al terminar el paso y
tras una piedra, cuan duende de las aguas, nos encontramos a Lucho, que ha
decidido abandonar la compañía gringa y quedarse a ayudarnos en el descenso.
Gracias Lucho, nunca te lo agradeceremos lo suficiente.
Lucho en uno de los
innumerables pasos del Topo
A su rueda y con sus
magníficas indicaciones vamos encadenando pasos y más pasos. Tantos que nos es
difícil recordar dos seguidos. Unos con saltos continuos sobre piedras, otros
con rebufos cruzados, otros técnicos con maniobras obligadas, otros con
sifones, otros que mezclan todo esto… es decir, cualquier paso que podáis
imaginar se encuentra en el Topo.
A todo esto hay que
añadir dos hitos significativos. El primero, a mitad de río más o menos, es un
talud artificial de las obras de la central que forma un estrechamiento y que
se recomienda portear. Aquí se encuentra la única escapatoria del río hasta el
final. Y el segundo es un paso de clase VI a escasos 15 minutos del final del
río, que se portea por la izquierda.
Y justo debajo del
puente de la carretera E30 entre Baños y Puyo y a 5 minutos del pueblo de
Lucho, Rio Negro, desembarcamos entre abrazos y alguna lagrimica de emoción, en
el que probablemente haya sido el río más difícil de nuestra vida, que alguno
ya la tiene bien larga, y que sin la ayuda de Lucho no hubiésemos podido
terminar ni disfrutar como lo hemos hecho. Lucho, de nuevo, muchas gracias,
esker aunitz!!!
Resumiendo, el Topo
es, sin duda, el río más duro que remamos en Ecuador, así que nuestra
recomendación es que si vais a Baños y queréis descenderlo, busquéis a Lucho, Andrés o cualquier otro
guía local, para que os marquen la línea, a nuestro entender,
imprescindible en un primer descenso de este río. El río son 15 km de V grado continuo y
rápido y en el que es necesario tener dominio del chiclé o boof, como queráis
llamarlo. En cuanto al caudal, en la orilla derecha, nada más embarcar, hay una
regla en unas piedras grandes. El caudal bueno es a partir de 6 y 8 ya es
fuerte, aunque se puede bajar con bastante menos.
La pena de todo esto
es que el desarrollo energético del país que, supuestamente, beneficiará a sus
habitantes, se va a tragar este increíble río. Una central hidroeléctrica va a
ser instalada en todo el tramo que se rema, colocando la presa justo en el
embarque y la central a mitad de río. Esperemos que tal barbaridad ecológica y
piragüística al menos sirva para mejorar la vida de esa maravillosa gente.
A los dos días y con
el recuerdo del Topo todavía muy vivo en nuestras retinas, el Chuchaquis Team,
Lucho y su amigo y discípulo Edwin Caza, nos llevó a la parte alta del río
Verde Chico. Este río es un clase IV con dos pasos de IV+ y un salto de 4 m que cae sobre piedra y que
lo hace infranqueable. Si no se conoce el río es recomendable bajarlo con un
nivel medio ya que, con mucha agua, podemos "comernos" el salto que
está en medio de una zona muy continua, con pocos stops claros y pequeños. Es
un río pequeño, con mucho desnivel, creek total, y con un paisaje precioso.
Durante el descenso pudimos notar en las piedras los restos de la ceniza posada
de la erupción del Tungurahua y que las hace muy resbaladizas.
Para llegar al
embarque hay que salir de Baños dirección Puyo, en Ulba tomar un desvío a la
izquierda y cruzar el puente sobre el Pastaza, momento en el que se puede
aprovechar a echar un ojo al rápido que se ve debajo y que todavía está por
abrir. ¡Impresionante! A partir de ahí se remonta el valle hasta el primer
puente, este es el desembarque, y se sigue hasta el segundo puente que nos
vamos a encontrar, donde está situado el embarque.
Para finalizar
nuestros descensos en este paraíso de las aguas bravas llamado Ecuador, el
equipo, mermado por una baja tobillil, se desplaza, con Lucho y con Edwin, al
Zuñag. Este río discurre paralelo al Topo y acaba en el puente de la carretera
general. Desde el puente se remonta el río durante 15 minutos por la pista que
discurre paralela al río para llegar al embarque en el momento en el que la
pista termina.
Lucho enseñándonos
como se hace un chiclé en una piedra del Zuñag
Como nos indican
Lucho y Edwin es un río escuela perfecto para practicar nuestro chiclé (actual
y moderno boof). Además es un río de IV grado corto, con un porteo hacia el
final, por lo que se puede repetir varias veces. Al final del río, ya con el
puente a la vista hay una doble grada que forma un paso precioso que repetiremos
tantas veces como queramos.
Edwin en el Zuñag
Edwin y Lucho, el Chuchaquis
Team. Qué grandes!!!
Y para terminar nos
gustaría mostrar nuestro más sincero agradecimiento a esas gentes que no nos trataron
como los invasores y expoliadores que fuimos y somos y que tanto desprecio les
mostramos cuando ellos vienen a nuestra tierra. Y muy particularmente a todos
aquellos que nos hayan ayudado y soportado durnate este viaje: Rodrigo, Diego,
Brayan, Byron, Andrés, Edwin y, especialmente a Lucho! Que les vaya bonito!!!
ESKER
AUNITZ ECUADOR
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