Huyendo
del frío polar que nos azota por esas nuestras tierras, decidimos viajar al
centro de la tierra para remar en uno de los paraísos mundiales de las aguas
bravas: Ecuador.
Cosanga |
Grupo al completo |
Iñaki en el Cosanga |
Al
día siguiente ya con Alex y Dani incorporados a la expedición, afrontamos el
Quijos, un río de volumen que lleva muchísima agua. Los tramos elegidos para
empalmar son de Baeza a Borja y Borja, que termina en la desembocadura del río
Sardinas. Los tramos son de clase IV pero con el agua que baja se ponen de IV+.
Bajamos como un tiro debido al agua que nos encontramos y llegamos a la
desembocadura muy pronto, algo que nos induce al error y nos metemos en el
siguiente tramo del río, el cañón del Chaco, de clase IV+ y que está muy
pasado.
El
cañón es impresionante en cuanto a paisaje y en cuanto a aguas bravas, con un
paso destacado de clase V, el Toro. Con la llegada a la desembocadura del
Oyacachi, terminamos una memorable jornada de aguas grandes, como dicen por
aquí.
Igor en el Oyacachi |
Dani en el Oyacachi |
Aumentando
un poco la dificultad, siempre bajo los sabios consejos de Rodrigo, nuestro
hospedador, elegimos el Bajo Cosanga, una maravilla paisajística con un cañón
que nos abre la boca a todos. El tramo es de clase IV y lo pillamos con un
nivel medio de agua. El Cosanga es un afluente del Quijos por lo que
desembocamos con sus aguas en él y nos llegamos hasta el río Sardinas, punto
final del tramo de hoy.
Este
día es el elegido para probar el asador que tiene Rodrigo, así que compramos
carne de chancho o cerdo, unas verduras y Rodrigo pone carne propia de sus
vacas. Todo bien regado con cerveza Pilsener.
Debido
a las lluvias de estos días, no para de llover en este bendito país, parece que
tiene agua el Sardinas, un río de clase IV muy continuo muy parecido a los
nuestros, lleno de piedras y estrecho. Como también es afluente del Quijos,
empalmamos con los dos cañones siguientes del mismo, El Chaco que ya hicimos el
segundo día y Bombón, otra maravilla en todos los sentidos. El Quijos lleva
menos agua que aquel día pero no pierde para nada el interés, no bajando nunca
de clase IV de dificultad.
Cascada de San Rafael |
Este
día, después de comer claro está, decidimos visitar la cascada de San Rafael,
un salto de agua de 150 metros en el río Coca. La carrera para visitar, ya que
llegamos bastante tarde merece la pena y disfrutamos de un espectáculo que
nadie se puede perder.
Continuando
con el ascenso en la dificultad de los ríos y nos acercamos hasta el Oyacachi,
de clase IV+ que está con un nivel de agua medio al principio y alto al final.
El río es impresionante: continuo y con pasos muy bonitos, algunos no exentos
de peligro. Probablemente el río más completo en todos los sentidos del viaje
hasta ahora.
Después de varios días sin descanso, el cuerpo nos pide un día de relax, así que cogemos el bañador y nos subimos hasta los 3300 metros de altitud de las termas de Papallacta. Descansamos y nos relajamos entre aguas calientes y chorros. El resto del día sigue siendo un relax continuo.
Después de varios días sin descanso, el cuerpo nos pide un día de relax, así que cogemos el bañador y nos subimos hasta los 3300 metros de altitud de las termas de Papallacta. Descansamos y nos relajamos entre aguas calientes y chorros. El resto del día sigue siendo un relax continuo.
Para
finalizar nuestra estancia en esta magnífica cuenca de aguas bravas, decidimos
darle a los tramos más exigentes del Quijos, la Casa de Queso, los Laureles
para los locales, y el Puente a Puente. Los tramos son de clase IV+ y se
encuentra con bastante agua. La Casa de Queso no nos parece un tramo bonito de
río, con orillas rotas, pasos guarros y mucha piedra afilada. En cambio el
Puente a Puente, aunque baja un pelo la dificultad, se presenta como un tramo
muy continuo y mucho más bonito.
Nuestro siguiente destino:
Tena. Muchos más ríos nos esperan. Seguiremos informando.
Nuestro siguiente destino:
Tena. Muchos más ríos nos esperan. Seguiremos informando.
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