EGUZKIAREN BILA.
EN BUSCA DEL SOL
Huyendo de las
persistentes lluvias de Baeza, cruzamos la Tercera Coordillera y nos plantamos,
en menos de dos horas, en otro de los paraísos de aguas bravas del Ecuador:
Tena y Diego Robles, nuestro amigo kayakero local, que nos acogieron con una calurosa
bienvenida nocturna en la que conocimos los after party ecuatorianos.
Alex en el Alto MIsahuallí |
Dani en el Alto Misahuallí |
A la mañana
siguiente, con una caraja importante y un sol de justicia que no habíamos visto
en todos nuestros días en el Ecuador, fuimos a la aventura en busca de un rio
que, por lo que parece, no es fácil de pillar y Diego nos advirtió que tenía
agua, el Piatua. El descubrimiento fue espectacular, pudiendo disfrutar de uno
de los ríos más bonitos, paisajísticamente hablando, que hemos remado en Ecuador.
La dificultad nunca pasa de IV grado, pero se mantiene continuo hasta la
llegada a la zona de descanso de muchos ecuatorianos, donde aprovechamos para
comer. Este día tuvimos la gran suerte de remar con Jackes, un piragüista de
Quebec de 63 años que nos volvió a demostrar que no hay edad para este nuestro
deporte. Un placer Jackes!
Al día
siguiente, ya con la compañía de Diego y de su sobrino Brayan, un chaval de 16
años que promete mucho, fuimos al Alto Misahuallí, un clase IV lleno de piedras
como los nuestros, que estaba un poco justo de agua.
Alex en el Alto Jondachi |
Iñaki y Byron en Alto Jondachi |
Siguiendo el
ritmo de Baeza y que continuamos en Tena, no menos de 4 ó 5 horas diarias de
remar (que contento está el Capi!!!), el Jondachi en su parte media fue nuestra
siguiente víctima. El río es muy continuo con un paisaje espectacular, no
superando tampoco una dificultad máxima de IV grado. En este río la sorpresa
viene al final, con un porteo hasta el camino donde llega el taxi, de más de
media hora con un desnivel y un barro mortales. Por suerte, nuestro inestimable
colaborador taxista el Niño Xavi, que se conoce todas las entradas y salidas de
todos los ríos de la zona, ya había avisado a unas porteadoras en la comunidad
de Mundayacu, que subieron nuestras piraguas mientras nosotros disfrutaban del
Grand Canyon, como le llaman los habitantes de la zona:. Un cañón precioso que
remontamos hasta una surgencia que sale directamente de la pared. Ojo durante
la subida hacia la comunidad, no vaya a ser que os perdáis.
Hartos de
piedras, ja ja ja ja ja ja, decidimos probar las calientes aguas, todavía más
que en el resto de los ríos de la zona, del Bajo Misahuallí. El río ha recogido
a esa altura las aguas del Hollín y Jondachi, el Tena y el Pano, por lo que se
ha convertido en un río de volumen. La primera hora sirve de calentamiento
hasta llegar al cañón donde verdaderamente empiezan las hostilidades de clase
IV+ y que, encima, está bastante alto. Los pasos no son especialmente difíciles
o peligrosos, pero impresiona tanta agua, con marmitas inquietantes y grandes “huecos”.
Hacia las dos horas y media del comienzo del río, llega el paso de clase V+ que
se portea. ¿Clase V+? No sabemos qué dirán los pros de ahora, pero para
nosotros es un VI+-Infranqueable en toda regla. El porteo es duro, con
pendiente, barro y una peligrosa caída a la zona del rápido y con un descenso
con cuerdas por la roca peligroso, pero es mejor que hacer el paso, sin duda
ninguna.
Iñaki y Alex en Alto Anzu |
El reembarque al
río tampoco es sencillo, con un paso de clase V que con el agua que hay,
decidimos hacerlo por la cocina, de una tranquilizante clase IV+. A partir de
ahí es el momento de disfrutar con el final del cañón y una salida de clase III
hasta Puerto Misahuallí. Otro gran día de agua grande y caliente. Qué gozada es
remar de manga corta o sin chubas!!!
Iñaki y Brayan en Hollin |
Sin poder parar
de remar ni un solo día, Diego nos lleva al Alto Anzu, otro de los ríos
difíciles de pillar y de largo acceso. Después del largo desplazamiento
llegamos a un río que parecía seco, pero que tras 3 ó 4 km, se puso muy
divertido y de clase IV de dificultad con un paso de IV+, que nuestro experto
compañero se comió a vista.
Dani en Hollin |
El viernes el
equipo se completó con la presencia de Byron, otro kayakero local amigo de
Diego. Un placer para todos! Así que utilizando la moto de Diego y después de
arrancar a Brayan de las garras de los exámenes, nos vamos hasta el Hollín. En
el embarque vemos la cascada de 15 metros que saltaron nuestros compañeros
Anibal y Aitor el año pasado pero que nosotros no vamos a hacer. E intuimos la
de 7 metros que marca el comienzo del río. Buen calentamiento, no os parece? Y
dicho y hecho, gran comienzo para el que posiblemente sea el río más bonito y
completo, clase IV+, en todos los sentidos, que hemos remado en Tena. El río se
mete en un cañón bastante cerrado que tiene varios rápidos muy reseñables, pero
sobre todo, La Cueva. Un rápido que está situado dentro de una cueva que el río
ha formado en la pared. Como diría un famoso torero y cantante tan querido por
nuestras tierras, en dos palabras: IM PREZIONANTE.
Alex, Iñaki y Brayan en Hollin |
La sección que
hicimos fue hasta el puente colgante que marca el final de la parte más difícil
del río. A partir de ahí hay otras 4 ó 5 horas de clase III que nos ahorramos
gracias a unos porteadores locales que, otra vez, nuestro Niño Xavi nos había
conseguido.
Igor y Alex en Bajo Misahuallí |
Para el sábado,
día de su cumpleaños, Diego nos reservó el que para ellos es la joya de la
corona de la zona: el Alto Jondachi. El río se comienza en un afluente, el
Urcusiqui, que se encuentra dentro de una finca particular de un exmilitar, que
puede dar algún problemilla. El Urcusiqui no lleva mucha agua, así que vamos
bajando entre piedras, con bastante pendiente, hasta encontrar el Jondachi, que
llega desde la derecha. Aquí el agua aumenta y los pasos se encadenan, no
parando hasta el final en el puente de la carretera. Bien de agua y plagado de
pasos la dificultad es de grado IV+. Un gran río previo a la cena de cumpleaños
de Diego y la juerga posterior.
Para finalizar
nuestra estancia en este otro paraíso y dejar a nuestros amigos para irnos a
Baños, nos vamos al Alto Pano, que está seco y que está lleno de piedras y que
alguna piragua lo sufre.
Pero no sólo de
remar vive el hombre. Así que dedicamos una semana al turismo antes de la
partida de Igor hacia las gélidas tierras de Aitor, visitando Cuenca, Ingapirca
y la Nariz del Diablo en Alausí.
Próximo destino:
Baños y su famoso Topo. Pero esa es otra historia. Deberéis esperar.
Bibotearen
taldea, La banda del Bigote.
La banda del Mostacho |
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